El Cajasol Real Ciencias disputó ayer en Évora dos amistosos de pretemporada, primer equipo y M23, ante el CDUL. Juego real contra un rival tan exigente como los lisboetas.
Fueron partidos propios de esta altura de pretemporada, en los que ambos equipos pusieron a prueba lo trabajado durante las últimas semanas, ajustando sistemas, dinámicas de juego, con los jugadores todavía asumiendo una importante carga física.
Para los hombres de Tomás Carrió, el choque frente a CDUL permitió poner en práctica las nuevas variantes del sistema y empezar a sumar minutos de partido a los componentes de la renovada plantilla, tanto a los fichajes como a los canteranos incorporados a la dinámica del grupo. El equipo mostró fases de buena intensidad y solidez defensiva, aunque con el margen de mejora propio de este momento de preparación.
Por su parte, los chicos de Ale Ortega se midieron al filial lisboeta en un choque con mucho ritmo, en el que los jóvenes sevillanos demostraron carácter y ambición, disfrutando de una experiencia internacional que les permitirá seguir creciendo en su proceso formativo. El duelo dejó muy buenas sensaciones y confirmó que el bloque de jugadores M23 continúa dando pasos firmes en su desarrollo.
Más allá de los marcadores, que fueron igualados, la jornada fue satisfactoria en cuanto a intensidad, compromiso y convivencia dentro de ambos grupos.
Tras el encuentro, el técnico científico, Tomás Carrió se mostraba contento: «el grupo ha respondido muy bien, los jugadores participaron con muy buena entrega, desarrollando lo trabajado durante los entrenamientos y cumpliendo los objetivos que nos habíamos marcados para el partido.»
Importante ir completando fases, empezar a competir y hacerlo contra un rival de nivel como CDUL. Partido con cosas positivas en el juego, un viaje que une lazos y paso adelante en el crecimiento del grupo.






