Cuentas viejas leyendas que la razón por la que existe el rugby, fue por una batalla que ocurrió a unos 160 km al noroeste del campo de rugby de San Jerónimo. Lean hasta la final si les sorprende la afirmación y quieren conocer algo más de la historia del rugby que seguro que no conocen.
El sábado 15 de Enero con tiempo soleado aunque ventoso y frío se empezaron a concentrar rugbistas venidos de Sevilla y también de la provincia de Cadiz en el campo de San Jerónimo. Por culpa de los coletazos que sigue dando la pandemia, los clubes acudían mermados de jugadores. Aun así todos los que vinieron se los veía animados y dispuestos a jugar al deporte del balón oval.
Se organizaron 2 ligas que enfrentaron entre si por un lado Ciencias Enerside A, Club de Amigos del Rugby A, San Roque Rugby y San Jerónimo. En el campo del fondo jugaron entre sí los equipos del Ciencias Enerside B, CAR, Tabladilla, Mairena y Club Rugby Bahia 89 de Algeciras.
Los que estuvimos atentos a los partidos, pudimos observar fuerza, lucha en el campo, esfuerzo, aprender a lidiar con frustraciones, arrojo, amistad, dar animo al compañero, encajar las derrotas y exhibir humildad en las victorias. Finalmente pudimos disfrutar del que dicen algunos es el mejor ambigú de club de rugby de la ciudad.
Nuevamente, como ya pasó hace poco en Portugal, algunos equipos llegaran escasos o justos de jugadores, pero eso no impidió que se prestaran jugadores de los equipos mas nutridos a los mas mermados. Nos llamó la atención la alegría y disposición con la que se prestaban a luchar en otras batallas con otros colores en la camiseta.
Como hizo el protagonista de la historia del principio…el 1 de Julio de 1812 cerca del pueblo de Albuera, Badajoz. James Ellis, oficial del séptimo Royal Dragoon Guards, el cual estaba casado con Ann Webb hija de un cirujano de Alton, Hampshire, Willian Webb, cayó en el campo de batalla, muy lejos de su patria luchando por otros colores.
La desconsolada viuda recibió de la Royal Majesty en reconocimiento del servicio de su esposo un subsidio de 30 libras esterlinas y decidió mudarse a la ciudad de Rugby para que sus hijos Thomas y William fueran a la escuela de Rugby. A estudiar, no a jugar. El pequeño William Webb Ellis parece que un día se saltó las normas del football del momento y decidió en un partido coger el balón con las manos y avanzar…pero eso, ya es otra historia.
Luís Fidel Nieto
Fotografía: Pablo Sánchez


