El Ciencias Enerside sub 18, Tony Rominger y mi particular baúl de la Piquer
Me escabullí como pude de la multitud conocida y me senté en una de esas metálicas bancadas. Escogí la esquina que daba al pasillo interior. Me apetecía y quería estar solo. Aún estando muy cerca de ti a unos escasos cinco metros, tampoco tuve el arrojo de acercarme. Ni siquiera de pasar a tu lado, al encontrarme con el Cuerpo del que seguro ella ya está disfrutando. El tiempo transcurría y tu cabeza por momentos se recostaba entre unos acogedores y cariñosos brazos filiales, y el pecho delicado del rubio. Ambos pesebres, sangre de vuestra sangre. Mientras, tu mano derecha abrazaba y acariciaba su pequeña pantorrilla. Tan simple pero tan necesario. Seguro le insistías: ¡si el viaje era para dentro de muchos años!….
Ich bin, und ich werde hier sein, mein lieber Freund.
– Pues vaya con el titulito. Empezamos bien la crónica. Otra vez el mismo rollo. Vamos a ver, no anda por ahí el cronista accidental. Ese sí que lo borda, no este. Con lo fácil que hubiera sido titular la crónica con un simple ENHORABUENA MÁLAGA. Vamos lo normal. A ver qué tendrá que ver ahora el partido del sábado con Tony Rominger y la Piquer.
Siendo precavido y advirtiendo que muchos de mis lectores son jóvenes trotamundos de Beyoncé y Messi, y desde el inicio del texto andan un poco desconcertados, os presentaré muy brevemente a Dª Concha Piquer y a Herr. Tony Rominger. Pues, el cronista, pesado donde los haya, no va a bajarse del burro en su empeño por darle una vuelta a esto de escribir sobre un partido de rugby. Datos, minutos, y bla, bla, bla, me resulta bastante tedioso, y cansino. Además, esta intromisión plebeya, como es la mía, tengo la impresión de que crea malestar en los teams exquisitos de los sabios. Así que cada uno a hacer lo que sabe o al menos a intentarlo. Dios me libre.
Pues bien, haciendo oídos sordos a la súplica inicial del abandono, y siendo cortés con las damas, vamos con el primero de nuestros insignes personajes. Dª Maria Concepción Piquer López “La Piquer”, fue una de las más grandes tonadilleras del panorama artístico español de inicios, y mitad del pasado s. XX. Destacó por una particular sensibilidad interpretativa, fruto de la cual, le llevó a “hacer las américas” con rotundo éxito. En sus años fuera de España, viajó, y viajó, hasta tal punto que dio pie al famoso chascarrillo de “llevas más kilómetros en lo alto que el baúl de la Piquer”.
En otro peldaño de la fama tenemos a Herr. Tony Rominger, un excelente ciclista suizo de la década de los 90. Laureado en tres ocasiones con el maillot amarillo de la vuelta a España, y en una con la maglia rosa del Giro de Italia.
Imagino que los cuarentones-cincuentones más avispados ya vais intuyendo por donde van los tiros del cronista. Veis como no es tan descabellado. Pues bien, aguantad hasta el final, que ahora llega el momento del nudo de la obra.
La jornada 7ª del campeonato ligero Sub 18, nos invitó a un muy interesante enfrentamiento entre los dos gallitos del rugby andaluz. Málaga y Ciencias Enerside se veían las caras de nuevo, tras poco más de dos meses. Esta vez los malagueños se llevaron el preciado botín, con justicia.
Pero antes de entrar de lleno en el encuentro quisiera mostrar mi afecto y preocupación por Roberto Plaza, que tuvo que ser evacuado al hospital tras una caída fea. Consecuencias propias de este noble deporte. Mis deseos y el de toda la familia científica para una pronta y leve recuperación. Esperamos y deseamos de corazón que todo haya quedado en un susto.
Y ahora, sigamos. Desde el minuto uno Málaga tomó el mando y dijo donde había que jugar y como. Los científicos rebeldes hasta el minuto treinta, intentaron cambiar el curso de esta dirección, pero fue imposible. ¿Por qué? pues porque los malagueños están dirigidos por un autentico fuera de serie. Utilizando la terminología anglosajona, un crack, o mejor aún un J.A.S.P de esos como Ansu Faty, Laura Martinez o Carlos Alcaraz. Si, uno de esos de los que da gusto disfrutar, aunque te amarguen la existencia. En estos casos si la ficha del parchís no es de tu color, lo mejor es disfrutar de su merienda.
En definitiva, el pasado sábado este superdotado del rugby se puso el mono de trabajo, y les dijo a sus 14; “ustedes defended, que del ataque me encargo yo”. Y él solito, se merendó a nuestro Ciencias. ¿Cómo?, pues jugando como a él le gusta, llevando el oval a la espalda de la defensa científica y presionando. Todo absolutamente todo, le salió a su antojo y casi sin oposición.
Lo de Alberto Carmona no es normal. Sabéis los que leéis mis escritos que en todos estos años nunca he personalizado en ningún jugador, pues a estas frágiles edades el emitir un juicio de valor sobre alguien habitualmente tan inexperto te puede arrastrar al más peligroso de los Preikestolens. En esta ocasión, con fraternal cariño y sin que sirva de precedente, tras observar pacientemente la evolución de Alberto, me arriesgo a dictar sentencia.
Este chico noble, inteligente, muy maduro y con inquietudes, está llamado a hacer grandes cosas en el rugby nacional sino se estropea o lo estropean. La liga que esta jugando se le queda corta, su rugby es superlativo, perspicaz y letal. Todo pasa por él, todos le buscan porque saben que siempre tiene una solución acertada para cada conflicto. Juega magistralmente con y sin balón, y perfectamente con el pie. Lee con anticipación las jugadas de ataque del contrario, y se posiciona en defensa justo en el sitio correcto, donde puede darse el error. Con todo lo dicho, aún creo que me quedo corto pues el malagueño desplegó el pasado sábado, toda su sabiduría rugbística y deleitó al aficionado asistente con un clinic de ataque de altísimo nivel.
Claro, ante este aluvión es difícil desplegar algo de juego. Más aún, cuando los ensayos pesaban y de qué manera. Aquí, a este nivel no hay segundas oportunidades y fallos, que los hubo, muchos y clamorosos, ante un equipo tan compacto, afloran dejando al fresco las más íntimas vergüenzas. Así, la segunda cortina defensiva no existió y la presión en defensa tras esta primera línea, no se supo gestionar. Si a esto le sumamos los inexplicables y continuos errores en el pase, pues ya os podéis imaginar.
La diferencia entre un buen jugador, y uno excelente y distinto estriba exclusivamente en su inteligencia. Bajo mi punto de vista, no vislumbro lamentablemente en el rugby de base andaluz a corto-medio plazo ningún recurso tan especial y decisivo que pueda semejarse en planta y talento a este jugadorazo. Ojalá me equivoque y mañana broten a manojos. Eso sí, siendo egoísta y barriendo para casa, que si despegan que lo hagan en el Ciencias Enerside.
Solo queda felicitar al C.R. Málaga. Enhorabuena por la magnífica gestión, muy seria y comprometida de vuestros recursos año tras años, y por la de revalidar, si no ocurre un desastre de última hora, vuestro título liguero. ¡Ahora a por el campeonato de España!
Los científicos lamentablemente nos tendremos que conformar con otra posición en la tabla y esto me viene como anillo al dedo para rescatar a Herr. Tony Rominger del exilio inicial al que obligatoriamente le he sometido.
Como ya os he adelantado, este ciclista, duro donde los haya, se aupó en lo más alto del podio en Madrid y en Roma. Sin embargo, nunca consiguió alzarse en los Campos Elíseos con el preciado maillot amarillo del Tour francés. ¿Y por qué?. ¡Tachán, tachán! Ahora mismo acaban de aparecer en escena la enzima y el receptor que conectan al Ciencias Enerside con el suizo. Pues, por la sencilla razón de que competía contra D. Miguel Indurain. Es decir, aunque Rominger es considerado uno de los mejores ciclistas de su época y así ha sido reconocido dentro de la historia de este deporte, la desdicha que tuvo para no coronar su gloria personal con el Tour es que coincidió temporalmente con otro crack, con un fuera de serie, con un superhombre inteligentísimo, al cual era imposible de vencer, como lo era el navarro. Y esto mismo, salvando las distancias, es lo que está pasando con esta camada de científicos, desde hace tres años. Nuestros jugadores saben jugar al rugby y muy bien. Son valedores de su juego que, bajo mi punto de vista y en su conjunto, es mejor que del C.R. Málaga.
Pero, la diferencia estriba en que han coincidido en el tiempo, con un extraordinario grupo malagueño, capitaneado por un superdotado, que no es lo habitual a esta edad en el rugby. Algo extraordinario como lo fueron en su momento Herr Tony Rominger y D. Miguel Indurain.
Y ahora, queridos amigos llegó la hora de escuchar mientras organizo mi baúl la famosísima copla “Romance de valentía” de la mano de la inconfundible y sentía voz de Dª Concha. ¡Ahí va! Después de 9 años de viajes por aquí, y por allá, en avión, en tren, en autobús, en coche, incluso en bicicleta, voy a ir cerrando mi particular baúl de la Piquer. Ya que, aunque me quedarían tres años más de desplazamientos, dolorosamente ya no me queda ninguno por hacer. En la vida todo llega. No hay que ser impaciente.
Sí, definitivamente voy a cerrar el cofre de los sueños, ese que lleva conmigo hecho tras de mí y con la escuela del Ciencias más kilómetros que el baúl de la Piquer por las américas. Ese, que de tanto usarlo ya está roto por las esquinas y no admite más refuerzos, ni tiene más huecos para tantas pegatinas. Dad por hecho, que no quedará en el olvido. Es imposible. Lo arrastraré por el peso, y os aseguro lo empotraré en algún rincón de mi corazón, muy, muy, cerca de mis muelles, para que sea lo último en volver a atascarse.
Llegó en algún momento a ser tan pesado y cruel, que incluso dudé si apearlo definitivamente de la baca del coche. De lo que venden a lo que se compra, hay un abismo. Eso sí, siempre quedan productos interesantes en las estanterías. Y, aunque el precipicio del rugby está muy bien empapelado y magníficamente resuelto, no deja de ser un papel pintado, con su extrema fragilidad, y su despeñadero bajo el engaño.
Finalmente, decidí vaciar solo dos tercios de su carga. La primera descarga, durísima. Lamentable y tristemente obligada por un joven motor que no pudo con el inesperado e ímprobo esfuerzo. Pero que será siempre parte del Ciencias. Y la segunda, víctima del maltratado espíritu del rugby. Una pena. No todo va a ser gloria, ¿verdad?.
Un tratamiento especial, recibirá la famosísima “ojana”. También tendrá cabida dentro del baúl. ¡Qué delicada y exquisita técnica!. Le presentaré y prestaré mi más profuso cariño y dedicación pues la merece. Y le tendré reservado un apartado especial, con bastante anchura y amplitud. Lo cerraré con llave maestra y la forjaré para que nadie tenga acceso a él con el objetivo tan superficial y único, que el de mantener y guardar las formas. Eso que gusta tanto en este mundo del rugby, las formas. Pero antes os garantizo que lo llenaré hasta las trancas, hasta lo imposible, hasta exprimir y dejar hueca la más alejada de mis neuronas, hasta que tenga que sentarme encima para poder cerrarlo, con todos los incunables escritos, y dulces, y tristes recuerdos, y experiencias. Esas, que quedarán tristemente sólo al refugio de dos, de mis tres dragones científicos. Seguro que en sus manos estarán a mejor recaudo, que en las mías.
¡¡¡CIENCIAS, CIENCIAS, CIENCIAS!!!
Paco Alfonso
Fotografía: Eva Martín


